
En febrero del presente año tuvimos la desdicha de perderlo debido a una terrible enfermedad que lo aquejaba.
Su poesía no ha sido muy difundida ya que gran parte de su vida la dedicó a la docencia, sin embargo, antes de morir, en el 2006, nos dejó una muestra impecable de su trabajo, su retoño, un poemario titulado Alucinada Cordelia, en el que rescató los cuentos mitológicos para envolverlos con el encaje de su lírica poética.
Su nombre es Rodolfo Pacheco Ingunza, su cuerpo abandonó la Tierra después de 38 años mas su esencia sigue aquí; a continuación un poema de los suyos.
Como lento atarceder de felino
te acercas y me abrazas
me cargas de nostalgia
descubres el hondo latido de mi pecho
la barbarie de mi amor intelectual
mi barba es gris
y tu piel de tersa primavera
no conjuga con mis histéricas teorías
de un amor evolutivo
Como lento atardecer de felino
escudriñas en mis débiles razones
para amarte
poéticamente hermosa y humanamente imposible
insustentable donde el amor flamea a media asta.
insustentable donde el amor flamea a media asta.
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